Durante el embarazo, las dudas más frecuentes están relacionadas con la alimentación. Para evitar caer víctima de los parásitos, es necesario cambiar algunos hábitos alimenticios durante la gestación. Por ejemplo, la infección de una persona sana y no gestante, por toxoplasmosis, por lo general no se detecta y no produce secuelas. Pero infectarse con este parásito durante la gestación, puede afectar al feto a nivel del sistema nervioso, ocular y sanguíneo. Aunque no se produce en todos los casos, su incidencia crece según van aumentando las semanas de embarazo.
Solo un porcentaje muy bajo de bebés presentan afectación al nacimiento.
Suele transmitirse por la ingesta de carne cruda o poco cocinada o la exposición a heces de gatos infectadas. La tierra y las verduras mal lavadas pueden ser otras fuentes de transmisión.
Si eres mamá primeriza es recomendable:
Tomar la carne bien cocinada a temperaturas superiores a los 80 grados o con una congelación previa a 18 bajo cero durante 48 horas. Los embutidos crudos y el jamón pueden presentar también toxoplasmosis.
Lavarse bien las manos con agua caliente y jabón antes de manipular alimentos.
Desinfectar los utensilios de cocina.
Evitar el consumo de leche no pasteurizada.
En caso de trabajos de jardinería o manipulación de tierra es necesario utilizar guantes y, al finalizar, hay que lavarse bien las manos con agua y jabón.
Limpiar y frotar las frutas y verduras frescas (más si se van a comer crudas). Pelarlas después de enjuagarlas.
En caso de tener gato, evitar la limpieza de sus heces, sustituirle la carne cruda por pienso o comida enlatada y no permitas el contacto con otros gatos (que no salga a la calle). El Toxoplasma gondii es un organismo parasitario unicelular que puede infectar a la mayoría de animales.
Espero que te haya servido de ayuda y… ¡¡¡que tengas un feliz embarazo!!!